martes, 19 de abril de 2011

El futuro de la administracion, Gary Hamel


INNOVACIÓN: UNA NECESIDAD EN LAS EMPRESAS DE HOY

Las teorías de la administración son utilizadas por los dueños de grandes y pequeñas organizaciones como base para planificar, organizar, dirigir y controlar los distintos recursos de su empresa, ya sean humanos, financieros, materiales, tecnológicos o de cualquier otra índole.

Dichas teorías son aplicables tanto a empresas públicas como privadas, pues tienen como objeto de estudio cualquier tipo de organización, bien puede ser una universidad, un hospital, un gobierno o cualquier otra entidad.

Nacieron en el siglo XIX, hace casi doscientos años, y desde entonces son los únicos modelos que tenemos para manejar nuestras empresas.

El inconveniente es que en doscientos años nuestra civilización ha avanzado mucho, y podríamos decir que estas teorías se han vuelto “obsoletas” e insuficientes para suplir las necesidades de las empresas que existen hoy en día.

Por eso se hace necesario e imprescindible desarrollar nuevos métodos de gerencia; ideas innovadoras que vayan a la vanguardia del diario vivir, y es Gary Hamel quien nos incita a hacerlo en su libro “El futuro de la administración”.

En él nos muestra las problemáticas que tienen las empresas para progresar en el mercado, las cuales se deben a la falta de innovadores en las organizaciones: personas que presenten ideas frescas que rompan las barreras de la monotonía y con sus modelos logren crear una nueva teoría administrativa que sea aplicable a todos los inconvenientes de un mundo cambiante como el nuestro.

Si bien casi no se encuentran innovadores en las empresas actuales, los pocos que hay no son tomados en cuenta por los altos gerentes como debería ser. Constantemente son presentadas ideas nuevas y atrevidas, las cuales son estudiadas por un grupo de personas entrenadas para realizarle su análisis respectivo, donde concluyen si dichas ideas serían viables o no para las empresas, y muchas veces son rechazadas por considerarse demasiado ilógicas para llevarse a cabo.

Pero estos pensamientos, por más “descabellados” que parezcan, no deben ser rechazados, pues según Gary Hamel son los que podrían revolucionar la administración como la conocemos.
 

Los grandes exponentes de las teorías administrativas dieron opiniones que fueron rechazadas por muchos, pero fue su deseo de innovación lo que convirtió estas opiniones en los sistemas de gerencia que utilizamos en la actualidad.

Henry Fayol, creador de la teoría clásica de la administración propuso que el modelo administrativo se basa en tres aspectos fundamentales: la división del trabajo, la aplicación de un proceso administrativo y la formulación de los criterios técnicos. Hizo grandes contribuciones a los diferentes niveles administrativos, dividió las operaciones comerciales e industriales en diferentes grupos, fue el primero en sistematizar el comportamiento gerencial y estableció los 14 principios de la administración.

Max Weber, uno de los fundadores de la teoría burocrática, delineó los cambios en los puntos de vista religiosos, habló de la influencia en el crecimiento del capitalismo, y sus disertaciones acerca del mecanismo burocrático fueron una conclusión natural de consideraciones históricas y factores sociales más generales que llevaron al desarrollo de Organizaciones complejas.

Hawtorne, uno de los exponentes de la teoría de las relaciones humanas, concluyó con su experimento que es indispensable conciliar y armonizar las dos funciones básicas de la organización industrial: la función económica (producir bienes o servicios para garantizar el equilibrio externo) y la función social (brindar satisfacciones a los participantes para garantizar el equilibrio interno).

Estos son sólo algunos de los exponentes de las teorías administrativas más conocidas. Si observamos, cada quien propuso nuevas estrategias de gerencia, unas diferentes de las otras, y muchas de ellas fueron mal vistas en su época.

En lo que debemos enfatizar es en el hecho de que así como estos grandes exponentes, nosotros también podríamos crear una nueva teoría administrativa que pudiera ser utilizada por las empresas como un modelo estratégico para resolver los problemas que se presentan en el mercado actual.

Como innovadores, es nuestro deber no sólo planear, sino ejecutar: hacer realidad nuestros pensamientos, pero teniendo en cuenta qué tan factible sería para las organizaciones este nuevo modelo administrativo.
Gary Hamel nos da las pautas básicas para convertirnos en innovadores y que nuestras opiniones sean viables para las empresas.


Se debe realizar un estudio de los posibles beneficios, pero también de los inconvenientes que podría traernos esta nueva idea; es necesario entender que no todos nuestros conceptos pueden ser buenos para la empresa.

Nuestro modelo de administración debe llegar a los oídos de la alta gerencia, aunque no basta con eso. Uno de los principales problemas con la implementación de las nuevas ideas es que los señores de la mesa directiva deben evaluar este propósito y si ven que no es viable para la empresa simplemente lo desechan.

Gary Hamel habla también acerca de la división del poder: la toma de decisiones en una empresa no debería radicar en una sola persona, sino por el contrario, como en una democracia, tener en cuenta las opiniones de los trabajadores.
Uno de los ejemplos más interesantes que apoyan esta opinión es el de la empresa “Lumix”, de Panasonic, en la cual la toma de decisiones pareciera ir de abajo hacia arriba. Trevor, el gerente general, tiene a su disposición una serie de empleados quienes son los que le indican los pasos a seguir, y ellos a su vez ven las opiniones de los trabajadores rasos. A pesar de que Trevor tiene la última palabra, su decisión se basa en la democracia, si sus compañeros están de acuerdo, entonces se realizará la acción.

Otra actividad que deberíamos tener en cuenta como innovadores si hablamos de democracia, es abrir un buzón de sugerencias o “blogs” dentro de la empresa, tal como sucede en la empresa “Microsoft” o en muchas otras.

Las opiniones de los trabajadores rasos también son importantes, ellos componen la base de nuestra organización y son los que mejor conocen la problemática de las sociedades, por lo que tienen bastantes ideas que aportar a la alta gerencia.

Concluyendo, Gary Hamel nos incita a ser más “atrevidos”, a ser capaces de romper los esquemas, a estar dispuestos a aceptar el cambio, a evolucionar no sólo física sino también mentalmente, a proponer nuevas ideas que con el tiempo podrían cambiar y mejorar la concepción de lo que hoy conocemos como administración.

Para terminar podría decir que estoy de acuerdo con lo que Gary Hamel nos quiere dar a entender en su libro. Nuestra civilización ha avanzado mucho en estos últimos años, y las teorías administrativas antiguas si bien han sido extremadamente útiles, no han evolucionado y no son lo suficientemente adecuadas para suplir las necesidades que tenemos en la actualidad.


Es necesario implementar en el mercado un nuevo modelo administrativo lo bastante conveniente para que pueda adaptarse no sólo a las presentes, sino también a las futuras empresas, ofreciéndoles factibilidad en los negocios y bienestar tanto para los altos gerentes, como para el resto de los trabajadores.

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